¡Hola! Soy Furiosa, pero mis amigos me llaman Furi. ¡Mi historia comenzó en el lugar más interesante! Solía vivir con un hombre que adoraba ponerme, junto a otros cuatro cachorros, sobre una mesa todo el día. La gente pasaba, nos abrazaba y nos regalaba sonrisas mientras actuábamos para ellos.
Por la noche, él nos metía a todos en una bolsa para que estuviéramos calentitos. El único problema era que a veces teníamos que pelear por los lugares para dormir —pero está bien, supongo que todos lo hacen.
Luego, dos humanos muy peculiares me adoptaron. Rápidamente aprendieron que yo era curiosa con todo lo que la vida me lanzaba. Me enseñaron cómo y dónde ir al baño, cómo sentarme en una silla e incluso cómo comer en la mesa. Cuando se dieron cuenta de que aprendía rápido, me enseñaron su idioma y las habilidades más importantes para sobrevivir, como sentarse, ladrar, girar, saltar y hacerse la muerta. Pronto supe todo lo que necesitaba para cuando me convirtiera en una niña humana de verdad.
Cuando se dieron cuenta de que me gustaba el escenario, me iniciaron en la actuación y me entrenaron en la técnica Meisner. Verás, ellos son cineastas, y juntos nos embarcamos en la aventura más loca: ¡hicimos una película! Bueno… un cortometraje, o algo así. ¡Fue increíble! Las luces, las cámaras y todos esos deliciosos premios: durante las tomas, después de las tomas, ¡incluso en los descansos!
Dicen que voy a ser famosa, pero creo que en realidad solo quieren crear recuerdos para cuando ya no sea una perrita. Ahora están editando, y espero que terminen pronto, porque quiero volver a salir a jugar más seguido.
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