En esta lección aprenderás a hacer saltos dobles: eso es cuando saltas una vez y la cuerda pasa dos veces por debajo de tus pies.
Antes de intentar esto, asegúrate de sentirte cómodo haciendo saltos simples. Yo suelo usar este ejercicio como una rutina de pliometría y coordinación. Con práctica, es posible realizar más de 100 saltos dobles seguidos (es decir, saltas 100 veces y la cuerda pasa 200 veces). Una vez que logres hacer varios saltos dobles consecutivos, puedes intentar terminar con un salto triple.
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Comienza haciendo al menos tres saltos simples (básicos) antes de tu primer salto doble. Mantén el tronco erguido y mira hacia adelante. Salta desde la punta de los pies, sin dejar que los talones toquen el suelo. La fuerza debe venir de los gemelos, no de los cuádriceps, así que mantén las rodillas lo más rectas posible y los pies juntos. Realiza este ejercicio solo con calzado.
Salta recto hacia arriba y gira la cuerda rápidamente hacia adelante. Mantén las piernas rectas: no levantes las rodillas. Si las levantas, será muy difícil hacer más de un salto doble seguido. Mantén los brazos quietos y mueve la cuerda con las muñecas, no girando los brazos completos. El primer giro debe completarse antes de llegar al punto más alto del salto.
Completa el segundo giro antes de aterrizar sobre la punta de los pies. Mantén las rodillas rectas y el cuerpo alineado verticalmente con las piernas. No mires hacia abajo; en su lugar, escucha el sonido de la cuerda para acostumbrarte al ritmo. Apenas aterrices, rebota desde la punta de los pies e intenta otro salto doble.
Al principio, probablemente solo podrás hacer un salto doble a la vez. Alterna entre algunos saltos simples y uno doble, sin detenerte. Una vez que puedas hacer un salto doble y continuar con saltos simples sin perder el ritmo, intenta hacer dos saltos dobles seguidos.
Ninguno